Cómo mejora el sueño de los niños adaptando sus rutinas a la luz.
Amigas y amigos Risueños, ya os he hablado de la importancia del buen dormir y de tener dulces sueños. Pero me doy cuenta de que a muchos, también a mí, nos cuesta desconectar, cambiar de la actividad frenética o de la ‘distracción’ de las pantallas a la calma, el silencio, e incluso la oscuridad.
De la luz -precisamente- quiero hablaros, de la importancia que tiene en activar ciertas hormonas que permiten a las personas tener las mejores condiciones para aprender y emprender el día y los distintos tipos de luz que pueden hacer que nuestro cerebro se sobre-estimule y no nos permita conciliar el sueño.
No lo digo yo, lo desarrolla en su libro El sueño es vida: El sueño infantil como nunca te lo han explicado el médico pediatra especialista en el estudio del sueño infantil, el Doctor Gonzalo Pin, quien sostiene que es muy importante conocer cómo funciona el patrón del sueño en las diferentes etapas madurativas de las personas. En concreto, los factores que influyen en el sueño de los más pequeños. Este está condicionado por aspectos de la crianza tales como: afectividad, confianza, certeza de su entorno y unas condiciones ambientales favorables.
Las condiciones ambientales comienzan al despertar cada día.
Es de gran ayuda comenzar la jornada con un buen desayuno en un ambiente tranquilo y con una buena luz natural, según los expertos esto favorece la creación de serotonina:
“…una sustancia química fundamental para que por la noche se convierta en melatonina y el sueño llegue con mayor facilidad. A más serotonina, mejor se comporta un niño, mejor habilidad social adquiere, más aprende y mejor duerme”.
La luz y sus colores hace que los niños asociéis la actividad física al día y la gradación de esta luz con el paso de las horas a un descenso de actividad y mayor relax a la hora de ir a dormir. La luz del sol, el paseo por el parque, el juego en exteriores, es vital y más importante en la infancia. Para conciliar un buen descanso cuando llega el ocaso. Las personas perciben estas señales lumínicas y activan sin darse cuenta el reloj interior que se va adaptando a cada individuo.
Por otra parte, la luz de las pantallas y mucho tiempo dedicado a ellas produce una desconexión en las neuronas que puede traerte problemas para dormir, de aprendizaje, estado de ánimo y conducta.
He insistido en otras ocasiones en la importancia de la actividad física durante el día. Y coincido con el doctor en lo que influye la compañía de los adultos a la hora de ir a dormir. Todo irá bien si ellos están tranquilos y son capaces de transmitir seguridad, crear un ambiente de calma, y rutinas que ayuden a conciliar esos deseados dulces sueños.
¡Saludos estelares!